Este proyecto es una exploración visual de la comida en su estado más crudo, desordenado y visceral. Fotografías de comidas capturan la cotidianidad del acto de cocinar, la espera antes de la comida, la disposición de los objetos sobre la mesa, los gestos previos al primer bocado. No hay escenografía ni decorado, solo fragmentos de realidad que a menudo pasan desapercibidos. La comida es comunión, es un acto de amor cuando alguien la prepara para ti. New still life retrata la comida desde la antiestética: platos a medias, mesas mal puestas, restos de cocina, manos sucias de harina o aceite, gestos inconscientes. Fotografiar aquello que no solemos fotografiar. A través de imágenes de diferentes países, se busca capturar una relación con la comida que no sea la normativa, que se aleje del eurocentrismo y de los códigos visuales impuestos. Es una investigación y una huída a la vez. Comer es necesidad, es encuentro, pero también es caos, imperfección e instinto.
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